viernes, 25 de noviembre de 2016

Semana X - 22/11/2016

Volvemos a clase para analizar los resultados obtenidos con nuestro oscilador. Como ha quedado claro, ahora mismo nuestro diseño no es válido, puesto que conectar el oscilador a una antena provocaría que radiáramos potencia en múltiples frecuencias. La solución la conseguiremos con un dispositivo llamado cristal de cuarzo.

Este componente es utilizado en absolutamente todos los circuitos con osciladores, puesto que tiene unas características increíbles. Imaginemos que nuestro circuito se encuentra en condiciones extremas. Un golpe o la contracción y dilatación debidas al frío y al calor varían el valor de nuestro inductor y el circuito, en lugar de resonar a Fr resonaría a Fr +/- Fs. Y esto no lo podemos permitir, puesto que podemos perfectamente perder la comunicación. Para fijar esa frecuencia de oscilación usaremos un cristal de cuarzo.

Según el espesor de las capas del cristal de cuarzo, este dejará pasar una frecuencia u otra. En síntesis, las capas del cristal de cuarzo de doblegan cuando aparece una diferencia de potencial en sus terminales. Según el espesor de las capas, resonará a una frecuencia u a otra. El quid de la cuestión es que, correctamente diseñado, a nuestra frecuencia de operación se comporta como un cortocircuito y en todas las demás como un circuito abierto. De esta manera, pase lo que pase, solo radiaremos a la frecuencia a la que el cristal de cuarzo se comporta como un cortocircuito.

Finalmente, para comprobar este comportamiento hemos ido al laboratorio y hemos añadido a nuestro circuito un cristal de cuarzo para ver como, efectivamente, nuestro circuito solo oscila a 27 MHz.

Nos vemos la semana que viene reinventando la radio.

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